31 de Jul, 2010 | Por Tania Cadima | Sin Comentarios
«Puede ser que dos personas, dos varones o dos mujeres, quieran vivir juntos y compartir la vida, pero llamar a eso matrimonio es una aberración en la cual van cayendo algunos países. No es el camino de la alegría del hogar formado por un padre, una madre y muchos hijos.»
Mientras en Argentina parejas del mismo sexo han comenzado a casarse por la ley civil, la voz oficial de la Iglesia católica de nuestro país nos deleita una vez más con sus dichos anacrónicos y nada tolerantes (aunque pretendan mostrarse como tales). Y de pasada, no sólo los hogares formados por matrimonios gays dejan de ser el «camino de la alegría del hogar», también los hogares monoparentales e incluso aquellos donde hay pocos hijos o ninguno.
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