10 de Mar, 2010 | Por Daniel | 7 Comentarios
Aunque hayan tenido un origen parecido, hoy por hoy un escudo no es necesariamente un logo. En el caso específico del escudo nacional incorporado al nuevo logo de gobierno -que empezará a circular oficialmente a partir del jueves 11 de marzo- se produce un retroceso enorme, no sólo en el plano simbólico-abstracto, sino que también en términos comunicacionales –entendidos globalmente- y también de usabilidad y protocolo. Todo esto sin considerar el gasto no menor que implicará reimprimir y reeditar importante material escrito y multimedia útil que no tiene la culpa; así como reinstalar señaléticas, letreros de servicios y reparticiones del -o apoyadas por el- Estado.
En términos de imagen país, después una larga transición a la democracia cuyo correlato en sus logos de gobierno daba cuenta una de evolución, damos un gran salto hacia atrás, que nos remonta inevitablemente a la dictadura. Aunque, sabemos, la imagen aludida existe desde que este país es país, es justamente la dictadura la que se apropia obsesivamente de ese símbolo, hasta entonces “de todos los chilenos”, y le impone una carga tan fatal y controversial, que le quitó de un zarpazo cualquier resabio republicano que haya tenido un emblema tan poco amable como el nuestro, sobre todo con semejante “slogan” –“por la razón o la fuerza” (en buen chileno: “si no estás de acuerdo conmigo te saco la chucha”), en total sintonía con el himno nacional, de inspiración igualmente camorrera.
Entendiéndolo de manera más gráfica, los cambios de logos de gobierno desde la dictadura hasta nuestros días, podrían resumirse de la siguiente manera.
– De la estrellita “amiga” al escudo descafeinado: y entonces Frei, en su consabida sobriedad (fomedad), decide volver al escudo, pero ya no chasconeándolo, sino “despeinándolo” sólo un poquito. Un trazado más liviano, un fondito juguetón, predominio del azul al igual que los ternos de sus ministros. ¿Y qué hace para representar su ánimo de apertura y de querer -en su tono y palabras- “’zaltar’cuantitativamente al ‘ziglo’ XXI”? Pues le quita la frase amenazante… ¡Y qué tanto!
A nivel más técnico, un logo limpio, innovador y estéticamente equilibrado. Junto con lo anterior, los rombitos pudieron contener en sí mismos el cambio más importante en imagen gubernamental de esta era, un golpe de timón inédito en la comunicación del aparato público: el fin del enjambre de logos diferentes que cada repartición y cartera tenía -hechos con mayor o menor talento en distintas épocas-, y homologarlos para que a nadie le cupiera duda de la extensa red estatal de beneficios y programas a disposición de la ciudadanía. Realmente una maniobra tan potente como la penetración del concepto “Paz Ciudadana”, impulsado por la fundación del mismo nombre, que hace que la gente hoy diga “llámate al Paz Ciudadana” cuando quiere referirse en realidad al vehículo de Seguridad Ciudadana de su respectivo municipio, que es claramente otra cosa.
Perdidos los rombos –los extrañaré- aún queda patria para los ciudadanos multicolores y no-nacionales. Quizá si transformáramos en logo ese distintivo deslavado y carcomido por los años –porque no se le puede llamar de otra manera- que aún suele verse en algunas camionetas municipales. Ese mismo que tiene una estrellita pequeña encerrada en un círculo que con suerte deja leer “estatal” y que nos ha acompañado en un segundo plano durante toda una vida, es probablemente el único y verdadero reflejo gráfico del Estado. Y vaya que sería importante que el Estado interpretara de manera más amplia el imaginario de sus ciudadanos. Sólo así podría darnos lo mismo cómo quiera verse un gobierno.
*Imagen capturada por las cámaras fotográficas de un equipo de arqueólogos que la rescató tras un largo porceso de investigación y restauración.
Palabras Clave : 11 de marzo, logo gobierno, nuevo gobierno, Piñera
No podiamos pedir más… Un nuevo logo, para una historia ya vista y repetida en todo el globo, desvincularse de los antecesores… marcar su propio nombre, pero a que precio?… Aveces tratando de diferenciarnos no podemos dejar de ser asociados, un precio muy caro para mi gusto en relacion de los beneficios…
Muy interesante el análisis simbólico-gráfico del nuevo «logo»… aterrador lo feo de la realización y el costo que implica reimprimir todo… Quisiera añadir una precisión histórica reguardante la frase :»Aunque, sabemos, la imagen aludida existe desde que este país es país» de su articulo. Si consideramos que 2010 es bicentenario (lo cual es arbitrario porque se podría considerar que el 2017 es el nacimiento de la República actual) se tiene que tomar en cuenta la Patria vieja, cuya bandera tenía un escudo representando a un hombre y una mujer mapuches flanqueando un obelisco coronado por una estrella brillante (símbolo masónico muy fuerte de la Ilustración, y notase también que el lema actual es solo una parte (¿la mas oscurantista?) del lema inicial : «Post Tenebras Lux, Aut Ratio aut Ense» o sea, «Después le las tinieblas, la Luz, por la razón o la fuerza». este cambio también, a mi parecer,se merece un estudio simbológico. Atentamente y con simpatía por la obra necesaria de DLR, Patrick
gran aporte patrick, se agradece siempre el rigor que yo no tengo y la luz que pones sobre los mensajes borroneados y recortados por la "mano ganadora". Definitivamente hay que hilar más fino cuando se mira hacia atrás.
Daniel
El lema patrio siempre es malinterpretado… Por la razón o la fuerza, no es ese «o me haces caso o te saco la chucha» [aunque hay contextos en que lo parecía u.u]
Es sobre el derecho de las personas, que se consigue y defiende por medio de la razón [conversando, discutiendo] o -si es necesario- por la fuerza…
Por supuesto, en algún tiempo, gente de poca cultura le dio ese otro sentido que lamentabemente se sigue repitiendo
De hecho, el lema que menciona Patrick puede ser de más ayuda… Porque precisamente, «después de las tinieblas, la luz»… cuando la gente recupera sus derechos, se educa, y entonces puede ser libre… «por la razón o la fuerza» es que se consigue esto.
por su puesto, como bien explicaba Patrick, las reminicencias masónicas y sus imaginarios son otra cosa. El tema es que por algo el lema fue «editado», pasando quizá alguna cuenta al «libre pensamiento» y quedando en definitiva como está ahora y eso no lo hizo la dictadura. Sin este antecedente previo, me sigue sonando «agressor» el lema, al igual que el himno actual. Claro que no somos los únicos, en general la emancipación americana fue toda así, en mala con el «enemigo» y tratando de proyectar un «respeto» cercano al susto. Da para otros artículos definitivamente muchas gracias Daniel
[…] harán los buenos, pero no han perdido esa estética pinochetista acartonada (véase el insólito logo de gobierno), el poco decoro entre política y negocios (van doce días y na ni ná con Lan y CHV) y esa onda […]
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